Lo he pensado detenidamente, hace un tiempo decidí
que no me volvería a enamorar de nadie, que jamás otra persona entraría en mi
vida, que se sufre por amor más de lo que se alegra, que uno más uno jamás
fueron dos, que siempre hay alguien que está intentando romper la relación por
medio, así que decidí que ningún otro me volvería a gustar, que jamás rondaría
por mi cabeza. Desgraciadamente, a todo esto llegué gracias a ti, me enseñaste
lo que es pasarlo mal, lo que es llorar día y noche, mañana y tarde. Me
enseñaste a tropezar varias veces con la misma piedra hasta caerme y no poder
levantarme, quedarme ahí. Era como una de esas veces que dices "que paren
el mundo, yo me bajo aquí", pues igual, no quería continuar. Era una
depresión constante pero ¿sabes que te digo? Que de los errores se aprende, que
hay que seguir adelante, que no cumpliré esa promesa, que hay más peces en el
mar.
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