Que ya se acaba la vida como la conté, que he derrumbado de un golpe los sueños de ayer.
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sábado, 9 de noviembre de 2013
Soy una desordenada, y me olvido de todo, excepto de las cosas bonitas que tú me dices. ¿Pero sabes qué? Podría hacerte mil y una fotos y empapelar todas las calles de la ciudad con tu cara. Y colarme en tus sábanas los martes por la noche y levantarme sin hacer ruido los miércoles por la mañana. Tengo la capacidad para echarte de menos cuando ya te has ido; la capacidad de quererte, como poca gente lo sabe hacer. Puedo sorprenderte todos los días con algo nuevo que jamás te podrías imaginar. Y quererte hasta explotar, y decir mil cursiladas solo porque te tengo al lado. Y tener la capacidad de parar el tiempo con un beso tuyo. Y quererte hasta la mañana siguiente, cuando el contador llega a cero, y entonces volver a empezar. Si me preguntas por una virtud, quizás te diga que mi única virtud eres tú, ¿pero sabes qué? de todos los defectos que pueda tener, ninguno se asemeja al temblor de piernas que me entra cuando te veo, a la sonrisa de tonta y a mi gran felicidad cuando veo esos ojitos.
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