A veces te echo de menos. Mucho, demasiado.

Desde que no te veo, la vida no me ha dado un respiro. Caída tras caída, sigo andando en este camino lleno de tropiezos sin ti. Porque tu eras la persona que me levantaba del abismo, que me ayudaba a seguir, que me quitaba de lo malo y me metía todo lo bueno. No sabes cuanto te echo de menos y cuanto intento que esto no se note, pero es inútil. Todas mis palabras van dirigidas a ti. Todas mis sonrisas y mis lagrimas, van para ti, esas que tu me prometiste que nunca ibas a dejar que salieran. Esas que tu me quitabas solo con una palabra, se han echo mis compañeras de viaje. ¿Te acuerdas de mi? Soy yo, la que cambio todos sus planes por una vida a tu lado. La que lucho, gano y perdió por ver esa sonrisa que solo yo sabia sacar. Esa idiota que te quiere como nadie te querrá. La misma a la que has hundido en la misma mierda pero que no se arrepiente de todo lo que ha hecho porque lo ha hecho contigo. Esa niña con mirada triste, que no necesita a nadie que no seas tu...
Te echo de menos, y a veces creo que esto se me queda grande. Aparece de nuevo en mi vida, no en mis sueños. Gracias.